‘’La Ciudad Genérica es la ciudad liberada de la cautividad del centro, del corsé de la identidad’’[1]
Una ciudad construida desde las periferias implica trabajar con procesos dinámicos de índole globalizante, sin duda.
Infraestructuras complejas y modificables, nuevas formas de crecimiento que desafían las jerarquías plantean nuevas relaciones de tipo vincular, genérico y conectivo.
Las distancias en la ciudad cambian y ya ‘cualquier lugar parece bueno para vivir’…conectado.
La ciudad, ciertamente, se imagina como un continuo genérico capaz de ofrecer mucho más que identidad.
Así, en un espacio de conexiones múltiples y situaciones impensadas cualquier elemento puede llegar a influir en el conjunto. Son ‘simples términos geométricos’.
Es en este escenario donde la repetición se vuelve lógica y evolutiva, permitiendo crecimientos eficaces, abiertos y conectados.
La diferencia se transforma en un logro cuando es capaz de mantener la velocidad de la ciudad y no tragarse en su vanidad las relaciones urbanas fluidas.
[1] Koolhaas, Rem.
LA CIUDAD GENÉRICA.

